80-76. Marcelinho bate a Diamantidis

El Barça se ha llevado del Palau su primera victoria del ‘Top16‘ después de ganar al Panathinaikos por 80-76 en un partido donde se han podido ver todas las carencias mostradas por los de Xavi Pascual en las últimas semanas, pero que gracias a la determinación que pedía el técnico en la previa logró ganar el partido. Bueno,  gracias a eso y a un excepcional Marcelinho Huertas.

El base brasileño ha firmado en el tercer cuarto una de las actuaciones más brillantes que se recuerdan en el Palau, con 5 triples seguidos en casi 4 minutos, que han dado al Barça las primeras ventajas del partido y que, con sacrificio, determinación y algo de suerte, ha logrado mantenerlas hasta el final del encuentro y así, no perder comba en la lucha por meterse entre los dos primeros puestos del grupo, que permitirán tener factor cancha a favor en los cruces.

El partido no ha sido bonito, a pesar de la emoción del resultado y del acierto en el tiro de ambos equipos. Si el Barça ha metido 12 triples, con más del 50% de acierto, los griegos han metido 10 con un magnífico 40%.

Eso sí, Fotsis ha tenido dos triples abiertos y solo con el partido apretado en los dos últimos minutos que bien podían a ver entrado y la historia de esta crónica hubiese sido diferente.

Porque el Barça está teniendo problemas para atacar en estático. Ha faltado durante todo el partido movimiento sin balón, obligando a los bases a botar mucho. Esto explica las muchas pérdidas de la primera mitad, que dieron a los visitantes ventajas cómodas en el marcador.

Por fortuna, la determinación de Hezonja, acompañada de su enorme talento, permitieron al Barça irse al descanso con empate en el marcador. El croata anotó tres triples cuando peor estaba el equipo, lo conectó en defensa y con el subidón anímico que supuso ver en cancha a Abrines y Oleson, equiparar la intensidad en cancha e igualar el marcador.

Con todo, los de Ivanovic impedían el dos contra uno que tanto gusta hacer al Barça en ataque, obligando a Tomic a recibir muy lejos del aro. Así, cada canasta local era sufrida, peleada. Hasta que Marcelinho abrió el tarro de las esencias  dejó unos minutos inolvidables.

Otro equipo después del chaparrón se hubiera venido abajo, pero no el Pana. Siguieron a lo suyo, a defender fuerte y percutir el rebote ofensivo para que el Barça no corriese.

Lo lograron y gracias al acierto de Fotsis y Nelson llegaron al final del partido con todas las opciones. Pero ahí, de repente, cometieron tres errores no forzados, uno de Diamantidis aunque parezca mentira, y facilitaron la tarea al Barça que se había agarrotado.

Y es que la posibilidad de una derrota era una losa demasiado grande para un equipo que a pesar de mostrar más valentía y determinación que en días atrás, sigue en un pequeño bache de juego e ideas. Nada que no haya arreglado y solucionado antes.

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