Un duelo prematuro

Durante la primera década del siglo en el que nos encontramos, los Indianapolis Colts y los New England Patriots desarrollaron una rivalidad que nació cuando estas dos franquicias compartían división. Una rivalidad peculiar, porque no hablamos de la típica entre dos potencias en su división (como Baltimore y Pittsburgh), o una histórica como la que pueden tener Green Bay y Chicago o Eagles y Giants. El choque entre Patriots y Colts se desató a partir de 2001, año en el que Tom Brady salió de la nada para conquistar el primero de sus tres anillos (2001, 2003, 2004), mientras los Colts de Peyton Manning ejercían de espectadores de lujo. Empezaba de esa manera la enemistad entre dos aficiones que consideraban tener al mejor quarterback de la NFL y que, al compartir conferencia, se verían obligados a probarlo si querían llegar a la Super Bowl.

Visto con perspectiva, los Patriots se alzaron como claros ganadores y, por ende, Brady venció en su duelo particular a Manning. No soy muy partidario de las famosas QB Wins, porque en el fútbol americano se mezclan tantos aspectos que contar victorias como partidos ganados por tu quarterback no entraña demasiado sentido. Dejando a un lado esto, los duelos entre Patriots y Colts mientras las dos estrellas estaban en el campo fue de 8-4 para los de Boston, 2-1 en post-temporada. La única victoria de Indianapolis en enero fue en aquella remontada espectacular  que catapultó a los entrenados entonces por Tony Dungy a la Super Bowl de Miami (partido que ganarían a los Bears y único anillo de la era Manning en Indiana). Un 38-34, en el ya antiguo RCA Dome donde jugaban los Colts antes de trasladarse al Lucas Oil Stadium, que con el paso de los años ha quedado como la única gran victoria sobre la franquicia de Nueva Inglaterra.

Peyton Manning (18) celebrando el touchdown de Joseph Addai (29, en la parte izquierda de la imagen) en la final de conferencia que remontaron ante los Patriots en 2007 (21/1/2007).
Peyton Manning (18) celebrando el touchdown de Joseph Addai (29, en la parte izquierda de la imagen) en la final de conferencia que remontaron ante los Patriots en 2007 (21/1/2007). En diez años de rivalidad, esta fue la única gran victoria de los Colts sobre los de Belichick.

Una rivalidad con los Patriots aboca a los aficionados del equipo contrario a celebrar y valorar las victorias de una manera especial. No hay otra franquicia en lo que va de siglo como la que está ubicada en Foxborough. Dominante como ninguna, en este año 2014 jugará su novena final de conferencia desde 2001, la cuarta seguida, y en cinco ocasiones han salido de ese encuentro con rumbo a la Super Bowl, cuyo anillo han ganado en tres ocasiones (2001, 2003, 2004). Ante los Colts buscarán su sexto viaje al último partido del año y regresar esta vez con plata a Massachussetts después de volver de vacío en las dos últimas finales ante los Giants del otro Manning (2007, 2011).

Los Patriots parten como claros favoritos para el último partido del domingo y cualquier otra cosa que no fuese una victoria sería una tremenda sorpresa. Son mejor equipo, tienen un quarterback acostumbrado a este tipo de situaciones, un cuerpo de entrenadores magnífico, un tight end que puede incendiar cualquier defensa y, para más inri, juegan en casa. Si la victoria de los Colts en Denver fue inesperada, ganar en Foxborough adquiriría tintes épicos para los discípulos de Chuck Pagano. La franquicia de Jim Irsay sigue en proceso de reconstrucción después del desmantelamiento sufrido en 2012, el que envió a Manning a las Montañas Rocosas y del que quedan pocos supervivientes en la actual plantilla.

T.Y. Hilton (13), rodeado de McCourthy (32, a la izquierda de la imagen), Darrelle Revis (24, en el centro) y Kyle Arrington (25, a la derecha) en el partido de noviembre entre los Colts y los Patriots (16/11/2014). Gran parte de las esperanzas de Indianapolis pasan por ser capaces de liberar a Hilton e impedir imágenes como esta el domingo.
T.Y. Hilton (13), rodeado de Devin McCourty (32, a la izquierda de la imagen), Darrelle Revis (24, en el centro) y Kyle Arrington (25, a la derecha) en el partido de noviembre entre los Colts y los Patriots (16/11/2014). Gran parte de las esperanzas de Indianapolis pasan por ser capaces de liberar a Hilton e impedir imágenes como esta el domingo.

Reggie Wayne es uno de ellos. El veterano receptor afronta la que puede ser su última temporada y conoce mejor que nadie en ese club lo que es enfrentarse a Bill Belichick. Contra él, «es una partida de ajedrez«. El entrenador de los Patriots es especialista en sacarse conejos de la capucha y en sorprender a unos rivales que creen ir preparados para todos. Su habilidad para eliminar a la mejor baza ofensiva del equipo contrario bien la puede atestiguar T.Y. Hilton, el mejor receptor de los Colts que al jugar contra los Patriots se convierte prácticamente en un jugador anónimo. La noche del domingo muy probablemente le toque verse las caras con Darrelle Revis, uno de los mejores defensas de la Liga, en el partido más trascendental de su corta carrera.

La sensación que predomina es la de que los Colts son un invitado inesperado, que han llegado de forma prematura a un partido demasiado grande para lo que aún son. Ello habla bien de Andrew Luck y los suyos, pero les queda un buen trecho por recorrer para ser la potencia de la conferencia como lo han sido los Patriots todos estos años. A día de hoy, la defensa que han formado en Indianápolis no tiene el talento suficiente como afrontar con garantías ataques de campeonato en esta clase de partidos. Brady, Gronkowski y el escurridizo y habilidoso Edelman tienen capacidad de sobra como para meter el miedo en el cuerpo al coordinador defensivo de los Colts, Greg Manusky. Este también tendrá que intentar evitar que los Patriots vuelvan a pasar por encima de sus defensas a base de una carrera detrás de la otra, como ya han hecho las dos últimas veces que se han visto las caras.

Rob Gronkowski hizo lo que quiso con la defensa de los Colts en noviembre. Si vuelve a tener la misma clase de partido, significará que los Patriots serán campeones de la AFC.
Rob Gronkowski (87) hizo lo que quiso con la defensa de los Colts en noviembre. Si vuelve a tener la misma clase de partido, significará que los Patriots serán campeones de la AFC.

Si Indianapolis tiene alguna posibilidad de pasar, por remota que sea, esta pasa por un partido inmaculado del ataque. Es decir, no entregar la pelota al rival. Luck ha mejorado en este aspecto (sus dos únicas interceptaciones en playoff fueron ante Denver, en terceros downs largos y a fin de cuenta fueron igual de dañinas que un punt) y Herron, el corredor titular, tiene un historial bastante manchado de fumbles que no puede permitirse el domingo. Además de mantener a cero las pérdidas de balón, Andrew y sus compañeros de ataque estarán obligados a anotar con frecuencia para mantenerse en el partido. Allen y Fleener, los dos tight ends, van a ser esenciales para mover las cadenas, Nicks debe mantener la forma que está exhibiendo estos últimos partidos y cualquier contribución de Wayne y Moncrief -los dos con poco presente a estas alturas- abrirá un poco más el campo para los Colts. Otro factor clave va a estar en T.Y.Hilton y en la capacidad de los Colts de correr la pelota aunque sea para cincuenta yardas. Si el primero no consigue unas 70 u 80 yardas como mínimo, Indy no tiene ninguna oportunidad salvo milagro con Moncrief o Nicks. Por lo que respecta al juego de carrera, en noviembre los Colts corrieron para 19 yardas en 16 intentos, un paupérrimo rendimiento de 1,2 yardas por intento que condenó drives enteros y que no puede volver a repetirse.

La defensa dirigida por el coordinador defensivo Matt Patricia tiene que dar un paso adelante respecto al choque contra Baltimore. Jamie Collins, el fabuloso linebacker de los Pats, tendrá trabajo tanto parando los check downs a los que acostumbra Luck como ayudando en el blitz si el pass rush de su equipo vuelve a estar apagado. Presionar a Luck debe ser el objetivo número uno. La línea ofensiva de Indy ha ido mejorando y en el último dejaron en nada a Ware y Von Miller, dos jugadores que, a nivel de talento, son superiores a los que tiene New England. Por el centro de la línea es donde tienen más posibilidades de hacer daño, ya que los dos tackles de la OL de los Colts (Castonzo y Reitz) han rendido a buen nivel y es el center, el poco experimentado Khaled Holmes, el jugador más débil de la línea. Lance Louis, el right guard, es también un punto por el que deberían atacar a priori. Chandler Jones y Ninkovich van a tener que abrir paso para la entrada de la segunda línea en algún que otro blitz. Eso sí, hay que ser sutil e ir con cuidado con este tipo de jugadas debido a la agudeza de Andrew Luck al leer defensas y el diseño de jugadas de los Colts, donde siempre hay una opción cerca del QB a la cual pasarle el balón en este tipo de situaciones.

Los Patriots van a necesitar que Chandler Jones (95) y Jamie Collins (91) molesten a Luck para impedir que este conecte con sus múltiples armas en ataque.
Los Patriots van a necesitar que Chandler Jones (95) y Jamie Collins (91) molesten a Luck para impedir que este conecte con sus múltiples armas en ataque.

A modo de resumen, los Patriots son los claros favoritos para ser el candidato de la AFC a ganar la Super Bowl. Es un equipo mejor en todas las fases del juego que Indianapolis (excepto, quizá, en los equipos especiales) y juegan en casa. Lo hacen ante un equipo que concede muchas yardas ante tight ends y cuentan con Gronkowski, de cuyo rendimiento depende gran parte del ataque de los locales. La defensa de los Colts permitirá correr a los de Belichick, pero es difícil contemplar un escenario en el que puedan ganar sin tener que recurrir a Brady, como sucedió en la ronda divisional del pasado año. Obligar a lanzar a Brady será buena y mala señal para los Colts: buena porque significará que los Patriots necesitan echar mano de su estrella y mala porque Brady sí que puede lanzar con precisión a más de cinco yardas. Toler tendrá que estar perfecto en defensa para los Colts y Landry debería haber aprendido esta semana a hacer un tackle en condiciones. Por lo que respecta al ataque de Indianapolis, Luck es el genio de la lámpara, pero sin juego de carrera que la frote y receptores que no consigan abrirse, no podrá ganar el partido por si solo. Ni tampoco nadie debería esperar de Luck, todavía, que gane esta clase de partidos por sí solo.

Clave para los Colts: parar a Gronkowski.

Clave para los Patriots: conseguir una ventaja temprana.

Pronóstico: 34-20 para Patriots.

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