El culo de O’Pai Neymar

Se habla de la inversión de 600 millones a 5 años, como si el culo de O’Pai Neymar fuera a estar quieto, con tanta prima esperándolo. Permítanme que lo ponga en duda, sabiendo que Neymar, aparte de un fuera de clase, es también una multinacional que conviene ir promocionando pautadamente para que la rueda gire.

La entrada en escena de actores como el Emirato de Qatar, ha supuesto un dopaje de estado a las arcas de determinados clubes (incluído el Barça, no lo olvidemos), que abre un nuevo escenario en el fútbol europeo. Golpe a golpe, cada ventana de fichaje ha sido más inflacionista que la anterior.

Nada de esto es nuevo ni lejano… Baste recordar la serresietesca labor de Bankia y las extrañas maniobras judiciales en la oscuridad, para que nos demos cuenta de que uno a uno, todos (…) los que adulteran la competición, van desfilando ante el Sr. Juez y ante nuestros acostumbrados ojos como la vaca que ve pasar el tren, según donde interese poner el foco.

Paradojas de la vida, el año en que el Real Madrid debiera estar sancionado sin fichar, es nuevamente el Barcelona quien se ha encontrado maniatado en la encrucijada, sin poder competir en igualdad y víctima del decreto 1006/85 que se le ha vuelto en contra 8 meses después de firmar una renovación por la que, primas aparte, al parecer puso su culo en el lugar que le correspondía a O’Pai, y acabó siendo condenado.

Y mientras tanto,  el inasequible desaliento de Javier Tebas, que una vez más, se ha mostrado como el más firme defensor de los intereses culés, a pesar de su confeso madridismo. A poco de comenzar la Liga, y con varios titulares de peso por firmar, que el Barça esperara ayuda de la LFP, era sepultarse. Como aquel que se puso a construir un tabique y se quedó encerrado.

Ahora, tras el comunicado oficial del club, la pesadilla se ha resuelto, y esperemos que con el fin del tridente, el equipo se transforme en algo más «decente«, apostando por el que nunca se rinde. Messi ha dado tanto, y tiene tanto que dar, que se merece todo el apoyo en este momento tras estar sometido al trato diferencial en los juzgados donde quedó demasiado expuesto y estuvo a punto de abandonar el verano pasado. Es hora de arroparle, de acabar con el vacío generado por los 4 años de «Nightmare«, que paulatinamente han ido desmembrando el juego asociativo que le conviene. Su ansia de títulos merece todo el respaldo. Y bien pensado sería un suicidio no hacerlo, ya que no quedan más clavos a los que agarrarse.

Sobre el horizonte del Mundial qatarí, uno percibe los negros nubarrones del día después. Que la burbuja del desierto estalle sobre el fútbol (y quién sabe sobre qué más), es sólo cuestión de tiempo, y todo lo que ocurra entre medias, lo llamarán progreso.

Pues bueno, pues vale. Cuidado con el alfiler.

opai neymar padre