Piqué y sus ratos libres

Que si una bronca por aparcar mal a la salida de una discoteca de moda de Barcelona, que si unas fotos por aquí jugando al póquer en este u otro casino, que si más fotos en un concierto… Salidas normales para un hombre moderno de 27 años si no fuera porqué se llama Gerard Piqué y juega en el Barça.

Lo cierto es que Piqué no engaña a nadie. Tiene su vida cuando cuelga las botas de fútbol tras los entrenamientos y los partidos. Y siempre ha sido así desde que volvió a su casa en 2008 tras el paso por el Manchester United y por su cesión en Zaragoza.

Aquel chaval de 21 años regresaba tras haberse marchado con 16 a Manchester y pronto se convirtió no sólo en un central indispensable para Guardiola, sino en el mejor del mundo durante los años de Pep al frente del equipo. Uno recuerda a Piqué ganándole carreras a Cristiano Ronaldo en el Camp Nou. Era un Gerard Piqué espectacular; siempre atento, robando balones con facilidad y haciendo gala de su elegancia al sacar el balón jugado desde atrás.

Y aquel Piqué también salía. No sabemos si tanto o más que ahora cuando parece no acabar de contar para Luis Enrique, con quien ha jugado cuatro partidos de Liga (315 minutos) y se ha mostrado algo lento y poco concentrado.

Piqué siempre ha sido el mismo. Guardiola supo reconducirlo para sacar todo lo que tenía en aquellos maravillosos años, pero ni Tito, ni el Tata ni ahora Luis Enrique han sabido hacerlo. Tal vez no corresponde a las tareas de un entrenador tanto esfuerzo intentando recuperar el mejor nivel de un jugador. O tal vez sí, pero la verdad es que hace tiempo que no vemos al mejor Piqué en los terrenos de juego. Pero eso no es debido a sus tardes o noches de asueto. De esas siempre las ha habido.

Foto: sport.es